Me fui de viaje a la República de Filipinas pensando que sólo iba a ver playas y me encontré un país que me dio una lección ejemplar detrás de otra
- Ecología

Parece que la ecología se ha puesto de moda; en todas partes se habla del cambio climático, de las consecuencias de este y la responsabilidad que tiene el ser humano ¿Quieres aprender a vivir en armonía respetuosa con la Naturaleza que te rodea? Vete a Filipinas. Cuando ves a los guías de los tours tirarse al agua a coger un envoltorio que han visto desde el barco; cuando no ves una pajita de plástico; cuando puedes rellenar tu botella de agua sin pagar… sabes que lo han hecho. Han hecho un gran esfuerzo como país y como sociedad y han llegado a un punto en el que de forma natural cuidan de su entorno y viven en él de una manera totalmente armónica, no forzada y que te contagia.
- Limpieza
Este punto va muy ligado con el anterior. Pues resulta que no he estado en ningún país del mundo con unos baños públicos más limpios que en Filipinas. En todo el viaje me encontré solamente con un baño sucio: en el puerto de Corón para coger un ferry lleno de turistas extranjeros dirección El Nido… ¿casualidad?
No tiene nada que ver con otros países asiáticos que he visitado; todo está limpio: no hay basura en las orillas de las carreteras, nadie tira nada al suelo… Si has viajado, sabes que esto no suele ser lo más habitual.

- Sociedad
El concepto de sociedad funciona en Filipinas. Es una sociedad que trabaja y vive en grupo y se nota. Estando allí llegó un tifón al país: cuando ves cómo se organizan, como reaccionan, cómo te informan, cómo se preocupan por ti… tiene una vibración colectiva maravillosa.
Nos fuimos de Manila unas horas antes de que cerraran el aeropuerto por causa de un tifón. Hablando con el taxista que nos llevó a la terminal, él estaba más contecto de que hubieramos disfrutado de nuestro viaje por su país que preocupado por lo que se venía encima en su ciudad en unas horas. Este es un buen ejemplo, para mi, del carácter filipino.
- Amabilidad
El pueblo filipino es de un carácter que sólo puedes sentirte bienvenido. Puede que sea lo que realmente me atrapó del viaje; el buen rollo con la gente. Esa manera de hablar suave, como sin prisas y mirándote, de verdad, a los ojos. El pueblo filipino es un pueblo de 10.
De hecho hasta los vendedores ambulantes son amables ¿no quieres comprar? Pues que tengas muy buen día y no te insisten más.
- La cerveza San Miguel está buena cuando la bebes en Filipinas

Pues resulta que soy incapaz de beber cerveza San Miguel porque no me gusta nada de nada el sabor pero…. ¡¡¡En Filipinas está muy rica y fresquita!!! ¿Alguien puede explicarmelo?
- Los cuchillos son un accesorio innecesario
¿Necesitas cortar/trocear tu comida? pues para eso tienes la cuchara. Está anécdota me hizo mucha gracia, yo que todo lo como en trocitos pequeñitos… En restaurantes ya más «occidentalizados» o en hoteles de los caros si que tienes cuchillos pero si no… Tenedor y cuchara. Si te puedes apañar con esto ¿para qué más?
Por cierto, las servilletas… Son aún más finas que las que solemos usar en los bares españoles (que ya es decir, jejeje)
- La Navidad empieza en noviembre
Y es que no pude encontrar un ricón de este país durante el viaje sin un árbol de navidad, decoración navideña o villancicos.

Muchos villancicos los escucharás en español y es que hay bastantes cosas de nuestra cultura integrada en la suya como resto de la época colonial (comida, nombres de pueblos, vocabulario…)
Salamat, Pilipinas! Por todo lo que me has dado en un momento que realmente lo necesitaba ¡¡¡Espero que nos volvamos a encontrar en el camino!!! (si alguien que lea esto quiere ofrecerme un maravilloso trabajo de profesora de Yoga allí, me voy mañana mismo 😉 )